AMJAD ABU ALALA

BIOGRAFÍA

Amjad es un director, guionista y productor de padres sudaneses, nacido y residente en la actualidad en los EAU. Estudió medios de comunicación en la Universidad de los Emiratos y trabajó como director de cine y documentales en varios medios de comunicación para canales árabes y occidentales. Ha realizado numerosos cortometrajes que se han proyectado en diferentes festivales de cine, entre ellos, Teena, Coffee and Oranges, Birds’ Feathers y Studio (2012), supervisado por Abbas Kiarostami. En 2013 recibió el premio al mejor guión teatral árabe de la Autoridad Árabe de Teatro por Apple Pies. Como productor, Abu Alala fundó un laboratorio creativo en colaboración con el Instituto de Cine de Doha y produjo cinco cortometrajes. Ha sido miembro del comité de selección el Festival de Cine Independiente de Sudán y del Instituto de Cine Árabe.

Para su primer largometraje (adaptación de un cuento del escritor sudanés Hammour Ziada), Abu Alala regresó al centro de Sudán (Madani), lugar de origen de sus padres, con el objetivo de explorar sus raíces. El resultado fue Morirás a los veinte, presentado y premiado en el Festival Internacional de Cine de Venecia (2019) en «Venice Days» y galardonado en una docena de festivales internacionales. El rodaje coincidió con la revolución sudanesa contra Omar al-Bashir, derrocado por los militares tras gobernar con mano de hierro durante casi 30 años. Esto supuso grandes retos para todo el equipo por restricciones gubernamentales y por tener que enviar varias toneladas de equipo al no haber industria cinematográfica nacional. Morirás a los veinte fue el primer filme de la historia propuesto para representar a Sudán en los premios Óscars.

FILMOGRAFÍA

2019 You Will Die at Twenty (Morirás a los veinte), largometraje de ficción

2012 Studio, cortometraje de ficción

2009 Teena, cortometraje de ficción

2005 Birds’ Feathers, cortometraje de ficción

2005 Coffee and Oranges, cortometraje de ficción

COMENTARIOS DEL DIRECTOR

Con Morirás a los veinte quería expresar una palabra: libertad. Libertad de todo lo que puede encasillarte y encerrarte en una caja figurada. Esta caja es tu destino, o lo que has nacido para ser. Se puede decir que esa caja es política y religiosa, y en el mundo árabe y en África tiene que ver con la cultura, que puede ser bonita, pero también limitante. Somos un mundo de limitaciones.

Quiero que el público recuerde mi película cuando alguien mencione películas árabes o africanas. Esto es lo que me gusta de Sudán en general: está conectado con ambos mundos. Quiero que recuerden a Muzamil, quiero que recuerden también lo que quiero decir sobre la libertad, si lo he dicho bien en la película…

En Sudán, después de treinta años de dictadura no se puede aceptar que cuando llegó Omar Bashir al poder en 1989, lo primero que hizo fue cerrar los cines. Acabó con la institución cinematográfica en Sudán, y antes de eso teníamos cine. Encontré esta historia principalmente sobre la muerte, pero la vi desde el punto de vista de la revolución porque, el primer día en que dije «¡acción!» – el 17 de diciembre de 2018- empezamos a rodar la película. El día que empezó revolución coincidió con el primer día del rodaje: ¡Qué coincidencia! El gran momento de la revolución llegó en abril, cuando acababa de terminar el montaje y debía volver a París. Lo pospuse todo y le dije a mi productor: «Tengo que volver a Sudán y formar parte de esto». Desde el 6 de abril y durante dos meses estuvimos en la calle. Con mis actores y el equipo estuvimos allí dos meses.