COMENTARIOS DEL DIRECTOR 

Cuando intentaron matar a mi padre en 1996, afortunadamente no estaba en casa, pero mi madre, mi hermana pequeña y yo tuvimos que enfrentarnos al ataque y saqueo traumáticos de aquella noche en Kinshasa. Los atacantes eran militares corruptos pagados por enemigos políticos. Menos de una semana después del atentado, mi familia y yo tuvimos que huir del país y refugiarnos en Bélgica. 

La inspiración principal de JUWAA es el complejo y necesario proceso de curación que comenzó tras el atentado. En innumerables ocasiones sólo obtuve silencios como respuesta a mis preguntas acuciantes sobre cómo sobrevivir mentalmente en nuestra nueva vida belga. Afortunadamente, encontré algo de consuelo en la lectura ávida de libros, en la amistad con personas de orígenes diversos y en mi creciente hambre de expresión artística. 

El amor y un viaje al Congo (por primera vez tras diez años de exilio) me ayudaron a aceptar mi identidad plural como ser humano. Aceptar nuestras identidades plurales nos inspiró a mi equipo JUWAA y a mí a crear un drama familiar sobre personajes africanos de múltiples capas, sin los clichés habituales que vemos cuando se trata de personas de piel más oscura en las pantallas.  

Es un reto enorme pero gratificante financiar, producir y distribuir películas innovadoras que intentan trascender los tabúes de clase, raza, género y espiritualidad. Creo que, puesto que todos somos seres humanos complejos, cuando una historia se crea con autenticidad, deja un hermoso impacto y abre puertas tan singulares como universales. 

Aprender, amar y compartir mi oficio artístico partiendo de esta creencia se ha convertido en mi terapia favorita.