DECLARACIONES DEL DIRECTOR

Con Dent pour Dent quiero contar una historia de hombres y mujeres de un barrio popular de Dakar, una gran ciudad africana «moderna». No todos tienen la misma edad, ni los mismos problemas y proceden de diversas clases sociales. Sin embargo, tienen algo en común: sus vidas se ven trastornadas por medidas tomadas a miles de kilómetros, a años luz de sus preocupaciones cotidianas. Se ven forzados a luchar para vivir, para sobrevivir. Dent pour Dent es testigo de una época, la nuestra, en la que todo es frágil. Cada personaje es como un píxel en una foto de la sociedad actual. Todos se ven afectados a distintos niveles por orientaciones geopolíticas que les sobrepasan.
La Historia con mayúsculas, la geopolítica y los medios de comunicación a menudo se olvidan de abordar la vida cotidiana de hombres y mujeres; de las familias. Priorizan las causas sobre los efectos. Sin embargo, los verdaderos trastornos provocados por las grandes orientaciones políticas, económicas y sociales son los microseísmos que se propagan en pequeñas oleadas en la vida cotidiana. La subida del precio de los cereales, por ejemplo, no conduce inmediatamente a la hambruna. Sin embargo, el subsiguiente aumento del precio del pan altera gradual y profundamente la vida de decenas de millones de personas. Lo sentirán moderadamente los más ricos, tensionará más a una gran parte de las clases modestas y pondrá al borde del abismo a las capas sociales ya de por sí precarias.

La película se centra en los «efectos» pequeños provocados por causas «mayores» y ofrece una mirada tierna y ligera sobre las perversas consecuencias de un modelo económico y político en África. Observa a través del pequeño agujero del telescopio cómo el neocolonialismo afecta dramáticamente al tejido social; los trabajadores pierden sus empleos, los jóvenes pierden sus perspectivas de futuro, emigran, los niños son explotados, las amistades se rompen, las familias se desintegran…