DECLARACIONES DEL DIRECTOR

En 2020, estuve cinco meses en Kenia rodando mi primer largometraje BLIND LOVE y conociendo a mi familia. Lo que más me llamó la atención fue el conflicto que existía intergeneracional en cuanto a su manera de ver el mundo. La generación más joven tiene acceso a la cultura occidental desde las redes sociales, mientras que los mayores crecieron en una Kenia en la que la cultura propia y las viejas tradiciones eran mucho más relevantes. BAADA YA MASIKA se centra en este conflicto y, a través del sueño de Aisha de convertirse en pescadora, la historia se desarrolla sola haciendo chocar múltiples perspectivas.
Aunque mi padre es de Suiza y mi madre de Kenia, yo crecí en Suiza y, por tanto, aporto automáticamente una perspectiva muy occidental a esta película. Sin embargo, mi objetivo en la película no era condenar, sino dar voz al mayor número posible de perspectivas con el objetivo de que la película pueda ser vista tanto por el público occidental como por el africano. La película tiene como núcleo el afán de perseguir los propios sueños y éste es un tema con el que todo el mundo puede identificarse.